El pterigión o terigión es el crecimiento anormal de la conjuntiva sobre la córnea debido a la inflamación de este tejido. Se inicia con pequeñas opacidades de la córnea de aspecto grisáceo cerca del limbo nasal, y si crece lo hace sobrepasando la córnea en forma de triángulo, ocasionando una disminución de la visión.
Normalmente, esta inflamación se produce por falta de lubricación, por la exposición solar, por el viento o por causa de otros agentes irritantes. Por ese motivo, aquellas personas que trabajan al aire libre tienen más posibilidades de verse afectadas. Quien lo padece tiene la sensación de tener un cuerpo extraño en él. Sin embargo, a pesar de la molestia no suele causar un gran dolor. Aunque ocurre más frecuentemente en la parte interna del ojo, puede ocurrir también en el lado externo del ojo o en ambos a la vez.
Sus síntomas dependen sobretodo del tamaño de la lesión. Los más pequeños pueden ser asintomáticos, no requieren tratamiento y son solventados únicamente con colirios lubricantes. Sin embargo, a medida que crecen pueden provocar más molestias, y en casos muy severos la visión puede llegar a comprometerse al generarse astigmatismo y al recubrir áreas mayores de la córnea. En estos casos será necesaria su extirpación quirúrgica.
La principal medida de prevención para el pterigión es usar gafas con protección ultravioleta en periodos de exposición prolongada al sol y el uso de colirios lubricantes para evitar la sequedad.
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