Las lágrimas son un elemento esencial para el sistema óptico, ya que nos ayudan a mantener la superficie del ojo húmeda y a eliminar las partículas y cuerpos extraños que puedan penetrar en ella. Sin embargo, el exceso de lágrimas es sin duda molesto y puede ser indicativo de alguna patología o dolencia. En este post te damos algunas pistas para identificar cuál puede ser la causa de este síntoma tan habitual:
Un exceso de lagrimeo puede deberse a distintas causas. Uno de los motivos más comunes es como reacción a un momento de resequedad en los ojos. Al notarse secos, los ojos estimulan al organismo a producir demasiadas lágrimas.
Otros motivos comunes pueden ser la reacción alérgica al moho, la caspa o el polvo, la blefaritis (inflamación del borde del párpado), la conjuntivitis, la contaminación o los productos químicos en el aire, la versión del párpado hacia adentro o hacia afuera, una raspadura en el ojo, una pestaña que está creciendo hacia dentro o cualquier tipo de infección ocular.
Debido a la diversidad de factores que pueden causar el exceso de lágrimas, es importante determinar la causa, ya que no siempre será necesaria una intervención médica. Acuda al oftalmólogo de urgencia si el lloro está provocado por un producto químico que ha entrado en contacto con el ojo, o si va acompañado de dolor intenso, sangrado o pérdida de visión.
En cualquier otro caso, acuda al oftalmólogo si el problema persiste en el tiempo o se reproduce de acuerdo a algún patrón horario, estacional o como reacción a algún factor externo. Recuerda que puedes hacernos llegar tu consulta y te atenderemos a la mayor brevedad.