Los que han tenido que poner gotas en los ojos a un niño saben que es una tarea que no tiene nada de sencilla, aunque pueda parecer lo contrario. Es habitual que los niños se resistan y conseguir que el líquido llegue al objetivo, es una ardua tarea.
El post de hoy es una pequeña guía práctica sobre como actuar ante esta situación:
Antes:
- Consultar con el especialista el modo de empleo de las gotas.
- Antes de poner las gotas es importante que tanto el niño como el adulto tengan las manos completamente limpias.
- Abrir el bote y retirar la tapa y la parte plástica que pueda quedar para evitar que caiga en el ojo del niño.
- Explicar al niño el proceso que va a suceder, utilizando un tono de voz suave y tranquilizador.
Durante
- Requerimos de precisión para meter las gotas en el ojo, así que es mejor actuar con decisión (para que el proceso dure lo menos posible) pero a la vez con suavidad (para que el niño esté lo más tranquilo y quieto posible).
- Es preferible que el niño esté sentado o ligeramente tumbado, y deberemos mantener su cabeza hacia atrás, con un ángulo de 45º aproximadamente.
- Evita tocar el párpado o el ojo con el bote de las gotas.
- Usaremos el dedo índice de la mano que sujeta la cabeza del niño para abrir de forma suave el párpado inferior. En ese momento, dejaremos caer la gota.
- Una vez puesta la gota recomendamos hacer una suave presión en la parte del ojo más cercana a la nariz, durante algunos segundos para facilitar la absorción de la gota.
Después
- El líquido que no haya entrado en el ojo correctamente, lo podéis secar con una gasa, paño limpio o similar.
- Consultar con un especialista en caso de que algo no salga como estaba previsto. En nuestra clínica, os podemos ayudar, preguntadnos cómo.