Hace unos días publicábamos la primera parte de un breve repaso por los orígenes de la oftalmología, una historia apasionante que no queremos desaprovechar la oportunidad de continuar explorando en esta segunda parte. Los conocimientos que hoy tenemos sobre el ojo y la vista, así como sus dolencias, tratamientos e intervenciones quirúrgicas, son en buena parte fruto del trabajo de estudio y documentación realizado a lo largo de distintas épocas, un proceso en el que han intervenido múltiples civilizaciones.
En la primera parte de este artículo comentamos como tras la desaparición del imperio romano hubo un largo estancamiento científico en Europa, cayendo en el olvido gran parte de los conocimientos cosechados en el ámbito de la oftalmología por parte de la medicina grecolatina. También advertimos en que la Edad Media supuso un receso en el desarrollo de este ámbito de la medicina en occidente.
Sin embargo, muchos de los textos griegos entusiasmaron e inspiraron a los pensadores árabes del siglo IV d.C. y fueron traducidos a la lengua árabe en lugares como Jondisabur, Alejandría y Bagdad. Esto contribuyó al surgimiento de la medicina islámica, una doctrina médica que ha tenido una influencia decisiva en todo occidente hasta nuestros días. De esa época podemos consultar muchísimos textos y tratados que todavía hoy en día sirven como referencia en la ciencia de entender el ojo y su funcionamiento.
Con la llegada de la época moderna y el renacimiento, se desarrolló de forma mucho más racional y científica un estudio del ojo y sus enfermedades. Por ejemplo, René Descartes describió cómo los impulsos pasaban de la retina al cerebro a través del nervio óptico, e Isaac Newton dedujo la existencia de un cruce de información visual en el quiasma óptico. Sin embargo, fue la invención del oftalmoscopio en el año 1850 por parte del catedrático Hermann Ludwig Ferdinand von Helmholtz, lo que revolucionó esta disciplina, al permitir a los oftalmólogos ver el interior del ojo en vivo y sin causar ningún tipo de daño al paciente. Ese fue el inicio de lo que hoy conocemos como oftalmología moderna.
En el Centro Oftalmológico Carreras-Candi somos herencia de todos estos años de investigación y desarrollo de la medicina oftalmológica y tenemos el orgullo de contar hoy en día con las más moderna tecnología exploratoria y diagnóstica, la cual nos permite una rápida, precisa y eficaz diagnosis de cualquier tipo de enfermedad. Si tienes cualquier consulta, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.