En anteriores ocasiones hemos tenido la oportunidad de hablaros de la miopía, un defecto de refracción o error en el enfoque visual que provoca que las imágenes se enfoquen por delante de la retina y no sobre ella, lo que dificulta la visión de lejos. Esto es debido a que el globo ocular es demasiado alargado o a que la córnea es más curva de lo normal.
En esta ocasión, queremos explicaros lo que es la alta miopía o miopía magna. Cuando el error visual supera las ocho dioptrías aproximadamente, o el eje antero-posterior del ojo es mayor de lo normal (más de 26 milímetros) , hablamos de alta miopía. Se trata de una dolencia potencialmente discapacitante – una de las principales causas de la ceguera legal – que afecta a cerca de un 2% de la población y conlleva un mayor riesgo de padecer ciertas enfermedades oculares derivadas de ésta.
Estas patologías pueden ocasionar una discapacidad visual que afecte de forma determinante a la calidad de vida de un paciente, especialmente cuando la persona se encuentra en edad laboral. No existe una edad concreta a la que se produce esta afectación, aunque su aparición suele iniciarse en la infancia, entre los 5 y 10 años, y se estabiliza tras la adolescencia. Las personas con antecedentes familiares son más propensas a padecerla. En España, la miopía magna es la principal causa de la afiliación a la Organización Nacional de Ciegos Españoles.
Los efectos de la alta miopía son mucho más evidentes que los de una miopía moderada. Mientras la persona miope ve bien los objetos cercanos, pero borrosos aquellos que se encuentran a distancia, los pacientes con miopía alta suelen quejarse de ver líneas onduladas o manchas opacas, y de una pérdida de agudeza visual. Cuando esto ocurre, el paciente debe visitar una consulta oftalmológica de manera urgente.
Los pacientes de alta miopía requieren controles oftalmológicos regulares para comprobar que no haya lesiones en la retina, ya que estas pueden ofrecer sin síntomas. La miopía magna es uno de los principales factores de riesgo de cara al desprendimiento de retina. Por otra parte, también puede desarrollar alteraciones en la mácula que provoquen la pérdida de la visión central. Además, en los pacientes con alta miopía existe un mayor riesgo de sufrir otras enfermedades como la catarata precoz y el glaucoma crónico.
Aunque no se puede prevenir la progresión de la miopía, algunas las complicaciones que desarrollan estos pacientes pueden tratarse mediante la cirugía vitreorretiniana (desprendimiento de retina, agujero macular) o inyecciones intravítreas (membrana neovascular subretiniana) en el caso de las patologías maculares.
Suele desaconsejarse la cirugía con láser en las capas superficiales o internas de la córnea, que sí funciona para las miopías moderadas, pero sí es posible la implantación de lentes intraoculares fáquicas entre la córnea y el cristalino. Las revisiones oculares periódicas pueden ayudar al diagnóstico y tratamiento precoz de complicaciones asociadas.